Las semillas de Skunk #1 Auto producen con rapidez y eficacia cogollos ricos en THC con un esfuerzo mínimo. Una característica que define a la Skunk #1 Autofloreciente, que se basa en un 35% de genes sativa y un 65% de indica, es la facilidad que ofrece su cultivo. Con esta versión feminizada autofloreciente, la duración del periodo lumínico no tiene importancia, pues la floración sucede automáticamente.
Las plantas comienzan a producir cogollos grandes, resinosos, aproximadamente a las tres semanas de la germinación. La fase de floración se prolonga entre los 45 y 55 días. Las plantas crecen con menor vigor que una Skunk #1 Regular, manteniendo su tamaño compacto. Una vez que maduran, contemplar los cogollos grandes y macizos es emocionante. Para ser una variedad autofloreciente, presenta una proporción alta de cogollos con respecto a las hojas. La mayor parte del THC reside en las centelleantes glándulas de resina, también conocidas como tricomas.
Las variedades autoflorecientes de cannabis permiten varias cosechas al año. La Skunk #1 Autofloreciente también prospera muy bien en interiores, bajo luz artificial. Los métodos de cultivo como Mar de Verde (SOG) o Lollipopping a menudo dan como resultado una cosecha aún mayor.
El efecto de la Skunk #1 Autofloreciente es sorprendentemente cercano al de la original. La combinación de un subidón cerebral con un colocón físico es el típico de una híbrida. Tras unas pocas caladas, los usuarios sienten una oleada de euforia energizante que se alza desde el interior, la cual, tras un tiempo, se disipa dando paso a una sensación de relajación. Les inunda un aturdimiento placentero, una calma profunda, similar a una sesión prolongada en un sauna.
El sabor puro de la Ruderalis, que está presente en todas las variedades Autoflorecientes, no se percibe durante el uso. No presenta un sabor áspero, sino que es un dulce terroso de cierta intensidad, típico de las skunk.
Índica Dominante.
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